“A medida que la pandemia continúa causando estragos en la salud mundial, la economía, la política y los sistemas sociales, se visibiliza otra amenaza que ha pasado desapercibida en el espacio digital: el riesgo de ciberataques que están a la caza de nuestra creciente dependencia en las herramientas digitales y lo que lo convierte en incierto es una crisis que no tendrá fin”.
Así lo explica el World Economic Forum en un artículo sobre su posición respecto al tema de la ciberseguridad, una situación que no puede pasar inadvertida cuando el mundo entero dio un giro al trabajo remoto, el estudio en línea, las compras por internet y los servicios de telemedicina, entre cientos de temas mas.
Por eso, ahora más que nunca se está demostrando el poder de la tecnología tanto a nivel personal como profesional, aun mas en el ámbito corporativo, ya que muchas empresas son reticentes a manejar todo desde un dispositivo móvil o un computador.
“La tecnología es el hilo que nos mantiene unidos, y la ciberseguridad se encarga de que no se rompa”
Existe una alta posibilidad de que las empresas reciban ciberataques y debido a que la intrusión es tan alta, una buena forma es mantener procedimientos de mitigación ante ciertos escenarios, activación de protocolos de contención en caso de ataques y realizar simulaciones frecuentes de irrupción hacia la organización, también llamados Pentesting o Ethical Hacking.
Para el caso de las aplicaciones, también es factible crear un programa de Bug Bounty, en donde se deben definir riesgos e impactos, se les asigna un valor en dinero, esto permite que si un hacker ético detecta una vulnerabilidad tenga la confianza de poder informarlo, de recibir un pago por el hallazgo y principalmente que no habrá represiones legales.
Desde Mbc, por ejemplo, disponemos de ingenieros expertos en ciberseguridad que se encargan de hacer la revisión de todos los elementos de la arquitectura empresarial, prorcionan una imagen clara del nivel de vulnerabilidad, probabilidades de éxito frente a un atacante externo, o incluso si se puede ser víctima de robos de información a nivel interno por parte de los empleados.
En ese sentido, un correcto análisis de vulnerabilidades o la realización de una auditoria de ciberseguridad, es imprescindible tanto a nivel preventivo o como ajuste, si ya se ha sido víctima de un ciberataque.
El llamado, sin duda es a la prevención temprana y la protección de lo más valioso de las organizaciones: la información. Así se impide que el mundo de la ciberdelincuencia siga ganando terreno y se lleven a cabo métodos seguros, al alcance de las empresas y las personas para evitar daños posteriores.